La impermeabilización de un edificio es fundamental para garantizar su habitabilidad y durabilidad. Sin embargo, hoy en día, no solo se busca una barrera efectiva contra el agua, sino que también se deben considerar aspectos como la eficiencia energética. Afortunadamente, existen diversos sistemas de impermeabilización que combinan ambas características.
¿Cómo contribuyen los sistemas de impermeabilización a la eficiencia energética?
- Reducción de las pérdidas de calor: Una buena impermeabilización evita la entrada de aire frío en invierno y de aire caliente en verano, lo que se traduce en un menor consumo de energía para climatizar el edificio.
- Aumento del confort térmico: Al minimizar las corrientes de aire y las infiltraciones, se consigue un ambiente interior más confortable y uniforme, sin zonas frías o calientes.
- Protección contra la condensación: La impermeabilización adecuada previene la formación de condensación en las paredes y techos, lo que evita la aparición de moho, hongos y otros problemas relacionados con la humedad.
- Mayor vida útil de la edificación: Una correcta impermeabilización protege los elementos constructivos del edificio del deterioro causado por el agua, alargando su vida útil y reduciendo los costes de mantenimiento.
Tipos de sistemas de impermeabilización energéticamente eficientes:
- Cubiertas ajardinadas: Estas cubiertas incorporan una capa de vegetación que actúa como aislante térmico natural, reduciendo la transferencia de calor hacia el interior del edificio. Además, contribuyen a la regulación del microclima urbano y a la mejora de la calidad del aire.
- Cubiertas frías (Cool Roof): Estas cubiertas utilizan materiales con alta reflectividad y baja emisividad, lo que significa que reflejan la mayor parte de la radiación solar y emiten menos calor al ambiente. Esto reduce la temperatura superficial de la cubierta y del interior del edificio, disminuyendo la necesidad de aire acondicionado.
- Membranas impermeabilizantes con aditivos: Existen membranas impermeabilizantes que incorporan aditivos específicos para mejorar su capacidad aislante térmica. Estos aditivos pueden ser micropartículas cerámicas, fibras o materiales de cambio de fase.
- Sistemas de SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior): El SATE combina el aislamiento térmico con la impermeabilización en un único sistema. Se aplica una capa de material aislante en la fachada exterior del edificio y se recubre con un revestimiento impermeable.
- Impermeabilización con pinturas: Existen pinturas impermeabilizantes con propiedades aislantes térmicas. Estas pinturas pueden ser acrílicas, elastoméricas o poliuretánicas.
Elección del sistema de impermeabilización adecuado:
La elección del sistema de impermeabilización más adecuado dependerá de diversos factores, como el tipo de edificio, el clima de la zona, el presupuesto disponible y las necesidades específicas del proyecto. Es importante consultar con un profesional especializado para realizar una correcta selección e instalación del sistema de impermeabilización.
En resumen, los sistemas de impermeabilización energéticamente eficientes no solo protegen los edificios del agua, sino que también contribuyen a reducir el consumo de energía, mejorar el confort térmico y alargar la vida útil de la edificación.
