La rehabilitación energética de viviendas y edificios se ha convertido en una estrategia fundamental en España para combatir los efectos de las olas de calor. Ante un parque inmobiliario mayoritariamente obsoleto y poco eficiente, estas actuaciones no solo mejoran el confort térmico de los hogares, sino que también contribuyen al ahorro económico, a la salud pública y a la resiliencia urbana.
Un parque de viviendas vulnerable al calor
La mayoría del parque de viviendas en España se construyó antes de la entrada en vigor de la normativa de eficiencia energética, lo que las hace especialmente vulnerables al sobrecalentamiento. Se estima que 8 de cada 10 viviendas no están preparadas para las altas temperaturas, y el 60% de los edificios se ven afectados por sobrecalentamiento durante las olas de calor.
Esta ineficiencia se debe principalmente a:
- Falta de aislamiento: Muros, cubiertas y suelos sin un aislamiento adecuado que impiden mantener una temperatura interior estable.
- Ventanas obsoletas: Ventanas con un bajo rendimiento energético que permiten la entrada de calor en verano y la pérdida de calor en invierno.
- Sistemas de climatización ineficientes: Sistemas de aire acondicionado antiguos y con un alto consumo energético.
Beneficios de la rehabilitación energética
La rehabilitación energética va más allá de un simple ahorro en la factura de la luz. Sus beneficios son múltiples y abarcan diferentes ámbitos:
- Confort y salud: Al mejorar el aislamiento y la eficiencia de los sistemas, se consigue una temperatura interior más estable y agradable, reduciendo la dependencia del aire acondicionado y mejorando la calidad de vida de los habitantes.
- Ahorro económico: Un mejor aislamiento reduce la necesidad de usar sistemas de climatización, lo que se traduce en un menor consumo de energía y, por tanto, en un ahorro significativo en las facturas.
- Revalorización del inmueble: Los edificios con una alta calificación energética son más atractivos para compradores y arrendatarios, lo que aumenta su valor en el mercado.
- Beneficios medioambientales: La reducción del consumo energético y de las emisiones de CO2 contribuye a la lucha contra el cambio climático y a la transición hacia un modelo energético más sostenible.
Tipos de actuaciones y ayudas
Las actuaciones de rehabilitación energética pueden variar en su alcance y complejidad. Las más comunes incluyen:
- Mejora de la envolvente térmica: Esto se logra a través del aislamiento de fachadas (mediante sistemas como el SATE o fachadas ventiladas), cubiertas y suelos.
- Sustitución de carpinterías: Cambiar las ventanas y puertas por modelos con doble o triple acristalamiento y rotura de puente térmico.
- Mejora de las instalaciones: Renovar los sistemas de climatización y agua caliente sanitaria (ACS) por otros más eficientes, como bombas de calor o aerotermia.
- Incorporación de energías renovables: Instalar paneles solares fotovoltaicos para autoconsumo o solares térmicos para ACS.
Para impulsar estas rehabilitaciones, el Gobierno de España, a través de los fondos Next Generation EU, ha puesto en marcha diversos programas de ayudas y subvenciones que pueden cubrir un porcentaje significativo del coste de las obras. Estas ayudas se gestionan a través de las comunidades autónomas y pueden llegar hasta el 100% en casos de vulnerabilidad económica. Además, existen beneficios fiscales, como deducciones en el IRPF por las obras de mejora de la eficiencia energética.