Un «suelo eco» o ecológico se refiere a pavimentos que tienen un bajo impacto ambiental, están fabricados con materiales naturales, renovables o reciclados, y que contribuyen a una mejor calidad del aire interior, ya que suelen estar libres de sustancias nocivas como plastificantes o Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs).
Opciones de suelos ecológicos y sostenibles populares:
- Madera con certificación FSC o PEFC: La madera, en formato macizo o ingenierizada (si se usan colas sin COVs), es cálida y renovable. La certificación asegura una gestión forestal responsable. Para el acabado, lo más ecológico es optar por aceites y ceras naturales en lugar de barnices con disolventes.
- Corcho: Natural, renovable, con gran aislamiento térmico y acústico, y muy confortable.
- Bambú: Una opción muy sostenible debido a su rápido crecimiento y resistencia.
- Linóleo: Fabricado con materias primas naturales (aceite de linaza, resinas, harina de madera, yute) y biodegradable. No debe confundirse con el vinilo.
- Cerámicos o Porcelánicos: Son muy duraderos y, si se eligen opciones con procesos de producción de bajo consumo energético o que utilizan materiales reciclados, son una buena alternativa.
- Suelos de diseño (alternativas al vinilo): Marcas como DISANO de HARO ofrecen alternativas libres de PVC y plastificantes, siendo resistentes, fáciles de limpiar y aptos para calefacción radiante.
Claves de la sostenibilidad en suelos:
- Materiales: Que sean renovables, reciclados, o con extracción responsable.
- No toxicidad: Ausencia de COVs, formaldehído y plastificantes para una buena calidad del aire interior.
- Durabilidad: Un producto que dura más reduce la necesidad de reemplazo y, por lo tanto, la generación de residuos.
- Producción: Procesos con bajo consumo energético y gestión de residuos.
- Certificaciones: Buscar sellos como FSC, Blue Angel, Cradle to Cradle o Nordic Swan que verifican el cumplimiento de estándares ecológicos.